A dos días: del XI Festival de Cine Indígena en Bogotá
“Por la vida imágenes de resistencia”. Esta
versión del Festival, con 50 países invitados, contiene, en su
desarrollo, el concurso y exhibición de 65 producciones audiovisuales,
30 muestras especiales de cine y vídeo, conciertos de integración,
actividades artísticas y culturales, diversos foros
políticos-académicos, el VIII Encuentro de Cine y Comunicación Indígena y
el encuentro de mujeres indígenas realizadoras…
Por: Ismael Paredes Paredes (*)
Contaremos con invitadas e invitados
especiales de 16 países de América Latina, el Caribe, Oceanía y Europa
quienes participaran en las actividades centrales en Bogotá y Medellín,
así como en las muestras itinerantes de los territorios indígenas,
campesinos y afrodescendientes de diferentes regiones, entre otras
Cauca, Guajira, Córdoba, Manizales, Valledupar, Norte de Santander,
Nariño, Chía, Huila y Antioquia, que se realizaran durante el mes de
septiembre y todos los domingos del mes en cabildos y jardines indígenas
de Bogotá D.C.
El
Festival contiene, en su desarrollo, el concurso y exhibición de 65
producciones audiovisuales y unas 30 exhibiciones y muestras especiales
de cine y vídeo, entre ellas haremos un homenaje a los 25 años de la
Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Baños, en
la histórica Cuba; además conciertos de integración, actividades
artísticas y culturales, se llevará a cabo el VIII Encuentro
Internacional de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas; diversos
foros políticos y académicos y; el encuentro de mujeres indígenas
realizadoras.
El Festival de Cine en su décima primera
versión, se realiza en Colombia del 23 al 30 de septiembre en Bogotá y
del 3 al 6 de Octubre de 2012 en Medellín, como escenarios de muestra
central. Los 3 ejes temáticos a tratar son: territorio y sitios
sagrados, resistencia y lucha de los pueblos indígenas y pueblos en vía
de extinción. El objetivo central es fortalecer los procesos de
comunicación de los pueblos indígenas y promover la producción
audiovisual como herramienta de divulgación de la realidad y los
derechos indígenas.
Versión 11ª del Festival
Los
festivales de cine y video indígena hoy se han convertido en escenarios
de unidad e integración y se asumen como una apuesta que va de la
realidad convertida en imagen y esta como resultante y gestora de
procesos, donde el arte, el lenguaje, los códigos, la estética, la
comunicación y la cultura ancestral son mecanismos que contribuyen a la
promoción y consolidación de la cosmovisión, los derechos y la cultura
indígena, a través de la producción y difusión audiovisual… “es de
resaltar que en este y otros festivales indígenas priman los procesos y
el aprendizaje y construcción colectiva antes que los estímulos, como
señala Iván Sanjinés, que más allá de los premios y dinero el festival
es también un espacio donde esté presente la esperanza, esté presente la
creatividad, la magia, la realidad y la lucha, también lo terrible de
lo que sucede, infinitas posibilidades que no se encuentran en otro
tipo de festivales que son muy fríos y se rigen por la lógica del
dinero y la competencia.
Cabe destacar que los pueblos y el
movimiento indígena desde sus raíces han comunicado espiritual y
milenariamente. Hoy cuentan para ello, como señala el médico tradicional
Bora, Jesús Teteye, con los medios apropiados que sirven para
complementar esa comunicación tradicional como son las herramientas
tecnológicas de la modernidad: radio, prensa, internet y audiovisuales.
Y en esta medida el Comité organizador
(conformado por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Video de los
Pueblos Indígenas, CLACPI; la Organización Nacional Indígena de
Colombia, ONIC; la Organización Indígena de Antioquia, OIA; la
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN; el Tejido de
Comunicaciones por la Verdad y la Vida ACIN y; la Fundación Cine
Documental), esperan que esta XI Versión del Festival se convierta en
símbolo por excelencia de unidad e integración para nuestros pueblos
indígenas.
Esta 11ª versión del Festival es un gran
reto y un momento muy relevante para nuestros pueblos indígenas
colombianos y para el movimiento indígena continental, como explica el
consejero mayor de la ONIC, Luis Evelis Andrade: “un momento que nos va a
permitir mostrar a la sociedad colombiana lo que ocurre con nuestros
pueblos, lo que producen, lo que hacen, lo que somos, lo que pensamos.
El festival nos permitirá mostrar además de nuestras preocupaciones,
problemas y de nuestros aportes como pueblos, las distintas formas de
resistencia pacífica y romper esos prejuicios que se tienen sobre ella,
que en el fondo es muy diversa, admirable y es la que nos ha permitido
pervivir muchos años. Nos permitirá también mostrar esa fuerza
transformadora del pensamiento y la espiritualidad que implican los
sitios sagrados como aporte al resto de la sociedad, necesitada de esos
niveles de sabiduría…”
Como
Comité organizador estamos muy optimistas, “muy contentos, con mucha
fuerza para sacar este festival adelante; contamos con los potenciales,
las potencialidades nuestras y la experiencia de otros festivales como
el Rodolfo Maya, que expresan también nuestra realidad. Una realidad que
en el caso nuestro en el Cauca no la escuchamos, sino que la vivimos y
estamos inmersos en ella y nos afecta como afecta nuestro territorio y
la cual comprende el desarrollo de la violencia, la minería, la
contaminación y el negocio del agua y los recursos naturales. A este
conjunto de circunstancias y aspectos le denominamos ley del despojo o
proyecto de muerte, que se han ensañado en contra de nuestros pueblos,
especialmente contra los del norte del departamento… pero además tenemos
sueños, esperanza por contar y con lo cual creemos y apostamos por una
paz con justicia”, como lo manifiesta Isadora Cruz Ascue del Tejido de
Comunicaciones ACIN.
En el mismo sentido Janeth Paillam,
indígena mapuche y directora de CLACPI, indica que estos festivales
permiten mostrar el lenguaje y la riqueza ancestral de los pueblos y, se
convierten en escenarios de convivencia y, a su vez, contribuyen a
construir una real democracia.
Hasta ahora la 11ª versión del festival
ha contado con apoyo de distintos sectores sociales y se ha enriquecido
con la experiencia de festivales anteriores y otros festivales
latinoamericanos y del país como el festival de la Serpiente en
Ecuador, el festival Anaconda, los festivales de Bolivia y Perú, el
Festival Iberoamericano de Cine Ambiental y Derechos Humanos: Sub
realidades, el Festival Ojo Al Sancocho, el festival Daupará y de otras
experiencias como Cine Libertad, entre otras.
El Festival de Cine, en su 11ª versión,
en el marco de la temática establecida (territorio y sitios sagrados,
afectaciones; resistencia y lucha indígena y; exterminio indígena),
abordará, entre otros, aspectos transversales como identidad, historia,
tierra, derechos de los pueblos indígenas, medicina ancestral,
infancia, educación, participación política, mujer y género, ecología y
cosmovisión. Con ello el festival se propone fortalecer los procesos de
comunicación de los pueblos del Abya Yala y, a su vez, promover e
incentivar la producción audiovisual como mecanismo de lenguaje y
expresión de la realidad, la cultura y los derechos de los pueblos
indígenas.
Así el festival, donde los principales
protagonistas son las comunidades y pueblos indígenas, se convierte en
escenario de caracterización, análisis y reflexión de la grave crisis
humanitaria que atraviesan estos pueblos en diferentes partes del mundo y
especialmente en Colombia.
Dentro del desarrollo del Festival -que
cuenta con un Jurado de gran trayectoria en el mundo del cine y la
comunicación como Emilio Cartoy Díaz de Argentina, Divino Tserewahu do
Brasil, por Colombia, Gustavo Ulcué, comunicador nasa, entre otros-,
cuenta con diferentes actividades, algunas previas a los eventos
centrales en Bogotá y Medellín, como son las muestras itinerantes en
territorios indígenas, campesinos y afros de diferentes regiones del
país, entre otras Cauca y Guajira la primera semana, 10 al 15 de
septiembre en Chía y región Caribe, y todos los domingos del mes en los
cabildos y jardines indígenas del Distrito Capital, entre otras.
Mencionamos también el desarrollo de las
exhibiciones de la Muestra Oficial y Muestras Especiales de cine y
vídeo, exposición fotográfica y concurso de fotografía;
Ritual de armonización en Chía, resguardo y territorio muisca; dos
conciertos de integración y actividades artísticas y culturales en las
cuales participan destacados grupos musicales y artísticos como Héctor
Buitrago y Conector -su agrupación artística-, Curupira, Papaya
Republik, Mucho Indio, Sampoñas Urbanas y varios grupos de danza y
música indígena como los Inga, Misak, Tubu, Emberá entre otros; la
realización del VIII Encuentro Internacional de Cine y Comunicación de
Pueblos Indígenas; realización de diversos foros políticos y académicos,
encuentro de mujeres indígenas realizadoras (en el marco del proyecto
Tejedoras de la Imagen, financiado por IWGIA y GIZ); dentro de las
muestras especiales se hará un homenaje a los 25 años de la Escuela
cubana Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Baños de
Cuba (25 cortometrajes como Virginia no dice mentiras; Todos
los pantógrafos van al cielo; La chirola; Yo no te puedo llamar; Dos
cafés; Asepsia; La cura; Los minutos, las horas y Tarde Domingo, entre otros); muestra estadounidense: “desde el norte, encontrando nuestras voces y nuestros caminos”; Muestra de Canadá, Wapikoni Mobile y; muestra especial de Nueva Zelanda.
Aspectos históricos
El Festival Internacional de Cine y
Vídeo de los Pueblos Indígenas se realiza desde 1985 año en que nace
CLACPI como organización y, ésta en asocio con sus organizaciones
filiales de cada país organiza un festival cada dos años en
Latinoamérica. Durante estos 10 festivales realizados se ha hecho uso de
las nuevas tecnologías, el cine y redes sociales como herramientas para
la expresión de la cultura y la reivindicación colectiva de la memoria,
los derechos y los territorios ancestrales de los pueblos indígenas.
Recogiendo este proceso y el avance en comunicación que hoy consolidan
los pueblos indígenas y organizaciones sociales de América Latina, nace
el Festival Internacional de Cine y Video que se realizó por primera vez
en México.
Veintisiete (27) años después el
anfitrión del Festival es el movimiento indígena de Colombia, país
ponderosamente rico en diversidad cultural y en grandes valores
ancestrales, pero que lo enturbia un conflicto armado de más de 50 años
que se ensaña contra los pueblos indígenas, afrocolombianos y campesinos
de Colombia, especialmente y, que sumado a otros aspectos como la
explotación minera, de hidrocarburos, y de recursos naturales o el
desarrollo económico han puesto en riesgo de extermino a 63 de los 102
pueblos que existen en el país. Por ello “queríamos que hubiera una
mirada a Colombia y luchamos para que el Festival fuera aquí”, señala
Marta Rodríguez, una mujer realizadora que ha dedicado su vida a
registrar las bondades y riquezas de esta tierra y las culturas
indígenas, pero que también ha sido testigo de la ignominia que han
sufrido los pueblos indígenas, afro y campesinos del país, expresada en
masacres, desplazamiento, violaciones y desapariciones entre otras
formas absurdas de denigrar la vida y la dignidad humana.
El festival de hoy recoge muchas
experiencias, trabajos y esfuerzos de muchos procesos y de países
latinoamericanos como Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile y Perú, entre
otros; incluso procesos que en su momento originaron procesos,
festivales, marcaron un derrotero y rompieron paradigmas en las formas
de hacer cine como el carismático realizador Jorge Sanjinés y su grupo
Ukamau del país andino de Bolivia; el Centro de formación y realización,
CEFREC, y los procesos de comunicación de diversas organizaciones
nacionales y regionales de cada país miembro de CLACPI.
Hoy son 10 festivales realizados[1]
y uno por realizarse en menos de un menos. Muchas enseñanzas y
experiencias quedan, la memoria del festival cuenta con un diverso
legado de saberes, aprendizajes y procesos que han enriquecido este
camino y proceso, más de mil producciones vistas por miles de
espectadores; muchos sueños, esperanzas, procesos y personas hemos
crecido y aprendido con estos festivales; quedan, claro, muchas
expectativas y, quizá muchos errores se hayan cometido, pero se ha
avanzado mucho, diversos realizadores, cineastas y comunicadores han
alcanzado el culmen de su realización, muchos procesos han surgido y
otros se han fortalecido, muchas redes existen hoy gracias al proceso de
formación paralelo a los eventos.
El movimiento indígena no es el mismo y
muchas reivindicaciones se han logrado, muchas culturas se han
fortalecido, muchos sueños se han hecho realidad y muchos desenlaces se
han dado, muchas lenguas se han extinguido, han sido asesinados miles
indígenas y varios pueblos han sido o están a punto de ser exterminados y
todo en 27 años de vida del festival… pero ahí está la memoria y la
historia se ha vivido y construido desde los pueblos y para los pueblos,
y en ello han jugado un rol fundamental los 11 festivales y los
procesos y personas que han sido parte de ellos; en estos 27 años la
historia del movimiento indígena se ha escrito y se ha registrado para
vivirla y contarla y, claro, para verla en esta 11ª versión del festival
“por la vida imágenes de resistencia”.
En
este sentido el Comité organizador tiene el gusto de realizar y
organizar para ustedes y para todo el país y el mundo este festival. Les
esperamos en Bakatá, territorio ancestral del agua, del 23 al 30 de
septiembre, y en Medellín del 3 al 6 de octubre próximos. Por último
cabe destacar que de las producciones que han pasado por los 10
festivales y de las que serán exhibidas este año en el XI festival,
algunas han ganado espacios en televisión abierta o han sido expuestas
en salas de cine de distintos países, otras han ganado reconocimientos y
premios en festivales; cabe también destacar el esfuerzo y el amor con
que han sido realizadas estas producciones, en su mayoría por un pequeño
grupo de cineastas, antropólogos y comunicadores del mundo indígena,
“identificados con la lucha indígena”, como señala Iván Sanjinés,
director de CEFREC.
La invitación final es a vivir y
disfrutar del festival que ya comienza… “Les invitamos a sumarse a este
proceso donde encontraran nuevas cosas… una gran oportunidad de conocer
lo que hoy ocurre con la situación indígena a nivel continental, no
sólo vamos a hablar de cine y comunicación sino también de procesos
socio organizativos que se tienen, vamos a invitar líderes, líderezas
que van a venir a contar sus experiencias….”, concluye Jeannette
Paillán, Coordinadora de CLACPI.
* Comunicador Social y periodista ONIC, Comité Organizador del Festival
Mayor información: http://cineyvideo-indigena.onic.org.co/
cineyvideoindigena@onic.org.co
Facebook: XI Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas (tenemos pagina grupo y perfil
Twiter: @Xifestival (Cineyvideoindigena)
Youtube: Festival Cine y Video Indígena
http://www.clacpi.org/
www.onic.org.co/
comunicaciones@onic.org.co
[1] I Festival Latinoamericano de Cine de Pueblos Indígenas /Ciudad de México, 1985.
II Festival Latinoamericano de Cine de los Pueblos Indígenas/ Río de Janeiro, Brasil, 1987.
III Festival Latinoamericano de Cine de los Pueblos Indígenas / Caracas, Venezuela, 1989.
IV Festival Americano de Cine de los Pueblos Indígenas / Cuzco y Lima, Perú, 1992.
V Festival Americano de Cine y Video de los Pueblos Indígenas y Naciones Originarias / Santa Cruz de la Sierra, Bolivia 1996.
VI Festival Americano de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/Quetzaltenango, Guatemala 1999.
VII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/ Wallmapu, Santiago, Chile, 2004.
VIII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/ Raíz de la Imagen Oaxaca, México, 2006.
IX Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/
Celebrando la Lucha de los Pueblos Indígenas del Mundo, Bolivia, 2008.
X Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/ Quito – Ecuador 2010.
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