Saturday, July 13, 2013

LA ESCENA MODERNA/ JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ

 LA ESCENA MODERNA/ JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ



TRATADO DE ESCENOGRAFÍA / FRANCISCO NIEVA

TRATADO DE ESCENOGRAFÍA / FRANCISCO NIEVA



Monday, July 01, 2013

GESAMTKUNSTWERK: OBRA DE ARTE TOTAL / ARMANDO ARTEAGA



 GESAMTKUNSTWERK:
OBRA DE ARTE TOTAL



Armando Arteaga





Al compositor alemán de ópera  Richard Wagner (1813-1883) se le atribuye el concepto  “Gesamtkunstwerk”, termino de la lengua  germánica traducible como “obra de arte total” aplicado a la “mise in scene” teatral. Wagner usó esta palabra para indicar al tipo de obra de arte integral  que buscaba la unidad de la música, el teatro y las artes visuales. Wagner admiraba en  la tragedia griega la integración  de  todos estos  componentes, que más tarde se separaron en diferentes artes y partes.

Por supuesto, Wagner era un duro crítico para con el tipo de ópera imperante en su época, a la que acusaba de adornarse  demasiado en argumentos fatuos con música casi subordinada a los requerimientos del texto y para el lucimiento de los solistas, dejando casi ignoradas a las otras partes artísticas componentes. Wagner  otorgó  severa  importancia a los elementos ambientales: a la iluminación, a los efectos del sonido,  a la disposición de las butacas centrando  toda la atención del espectador en el escenario, logrando su completa inserción  en el drama. La obra de Wagner donde se expresa  más nítidamente una "igualdad relativa",  de todas las manifestaciones y las formas de arte,   es en “El Oro del Rin”.




Es cierto, existe la tendencia  a confundir las ideas de Wagner, pues él, aunque propuso que todas las formas de arte tienen gran importancia, no son necesariamente iguales en  rango y en importancia. Por eso, Hans Richter (director de orquesta),  llegó a afirmar: "Pasado el tiempo, si bien para Richard Wagner sus teorías tenían validez, terminó entendiendo que la música es lo que define a una ópera".  Así, en los dramas complejos de Wagner, tales como Tristán e Isolda, La Valquiria, Sigfrido, El ocaso de los dioses y Parsifal, van  ganando siempre mayor importancia el contenido musical. Estas “ideas” nuevas  eran revolucionarias en su momento, pero pronto pasaron a ser “reglas normales” asumidas por la ópera moderna.

Desde su aparición, el término “Gesamtkunstwerk”, ha sido utilizado para describir distintas manifestaciones artísticas en las que se combinan diferentes elementos de varias artes. En arquitectura, por ejemplo, se emplea este término para describir a un edificio en el que cada parte está diseñada para complementar a otras dentro de un todo. En épocas recientes, el arte cinematográfico y otras manifestaciones audiovisuales populares, han sido descritos como "obras de arte total" por su combinación de elementos del teatro, la música, y la imagen.




“Gesamtkunstwerk”, fue  reivindicado tambien por los artistas de la "Secesión de Viena" de comienzos del siglo XX, para describir su objetivo estético. Wagner fue un visionario para el teatro y la ópera que con sus “ideas” trató de cambiar la manera acartonada como se entendía en su tiempo el arte de la ópera, la acción escénica armonizada del canto  con el acompañamiento instrumental. A este hombre,  hecho de “ideas nuevas”,  para el espectáculo: casi teatral, casi musical, casi juego de luces (la iluminación es integración de luces y de sombras que se mueven y crean espacios), tenía espiritú polémico y vanguardista para la escenificación. La ópera es una obra destinada para la representación teatral. Son múltiples los géneros del  teatro musical relacionados con la ópera: la zarzuela española, la opereta vienesa, la opéra-comoque francesa, el singspiel alemán, y el musical inglés, todas variantes que han enriquecido el concepto de la ópera, donde se han unido: la música (orquestas, solistas, coro y director), la dramaturgia y la poesía (el guión literario), las artes escénicas, el ballet y  la danza, las artes escenográficas (artes plásticas, pintura, decoración, arquitectura), la iluminación y los efectos escénicos, el maquillaje,  los vestuarios y los muebles.

La ópera alemana dormía aún bajo la influencia de la ópera italiana, a pesar de Heinrich Schütz, de Sigmund Staden y el Theater am Gänsemarkt que presentó óperas alemanas de Keiser, Telemann, y Handel. Aún teniendo en cuenta los sobresalientes aportes y el talento de otros compositores de su época como Marschner, Schubert, Schumann y Lortzing, la figura más significativa fue Wagner, uno de los compositores más controvertidos y vanguardistas de la historia de la música.




El debate sobre el concepto que gradualmente desarrolló para la  ópera como una “Gesamtkunstwerk” ("obra de arte completa"), una fusión entre música, poesía y pintura, lo fue alejando de las primeras influencias de Weber y Meyerbeer.  Escribió dramas musicales de gran nivel, Tristan und Isolde, Die Meistersinger von Nürnberg, Der Ring des Nibelungen y Parsifal, abolió la distinción entre el aria y lo recitativo en favor de un continuo de "melodía sin fin". Incrementó  el protagonismo y la fuerza de la orquesta, creo partituras llenas de  una compleja  trama de temas recurrentes asociados con los personajes y conceptos del drama, apoyado en el leitmotiv sonoro; y estuvo preparado para la ruptura con las  convenciones musicales aceptadas, tales como la tonalidad, desarrollando una mayor expresividad.

Wagner en su polémica trajo al debate musical y teatral una nueva dimensión filosófica para la ópera en sus obras, las cuales se apoyaban  en historias de la mitología germana y las  leyendas arturianas. Wagner construyó su propio teatro en Bayreuth, dedicado exclusivamente a la representación de sus obras en la “mise in scene”  que él deseaba. La ópera nunca más volvió a ser la misma después de Wagner y para muchos compositores su aporte técnico y artístico constituyó una fuerte influencia. Richard Strauss aceptó las ideas wagnerianas otorgándole a sus obras una dirección muy diferente. Los primeros  éxitos de Strauss lo consiguió con Salomé y Elektra, donde la tonalidad fue llevada hasta sus límites extremos, más tarde cambió de rumbo en lo que sería su mayor éxito, Der Rosenkavalier, donde Mozart y los valses vieneses se convirtieron en gran influencia, tal como Wagner. Strauss continuó produciendo un variado cuerpo de obras operísticas, a menudo con libretos del poeta Hugo von Hofmannsthal, hasta Capriccio (1942). Otros compositores hicieron sus aportes individuales a la ópera alemana en el siglo XX fueron Alexander von Zemlinsky, Paul Hindemith, y Kurt Weill. Las innovaciones operísticas de Arnold Schoenberg y sus sucesores que abrieron el nuevo camino del  modernismo. Nadie se pudo zafarse de la increíble influencia de Wagner.

El debate sobre el “Gesamtkunstwerk” ("obra de arte completa"), llevó muchas veces a Wagner a parecer un intransigente, pero el tiempo le dio la razón.  Terminó como un iluminado, su visión musical y teatral cambió la manera de hacer, de escribir, de poner en escena la ópera alemana, la nueva opera wagneriana. La opera se hizo más integral, más vital, donde las parte se integraban  en un todo.  Las “ideas” renovadoras de Wagner terminaron convirtiéndose en “nuevas reglas”, en otras verdades para el espectáculo de la ópera.  De allí, que suponemos, se le recuerda como un innovador, como un artista inconmensurable para dotar de movimiento, y superar lo “estático”  de la vieja academia de la ópera alemana que predominaba en el tiempo de Wagner, hazaña de cambio que realizó el genial músico alemán de  Tristan und Isolde.



Fotos:
Imponente puesta de la ópera "Lohengrin" de Richard Wagner en el Teatro Colón-Buenos Aires. 
Director de Escena, Roberto Oswald.