“PICNIC” DE FERNANDO
ARRABAL:
SARCASMO Y AUTORITARISMO
Por Armando Arteaga
En el Noveno Festival de Teatro
Aficionado, en la Asociación Peruano-Japonesa, destacó la puesta en escena de
la obra “Picnic” de Fernando Arrabal realizada por la Compañía de Teatro &
Danza bajo la dirección de Lorenzo Rico, pequeña pieza de 30 minutos, que es un
alegato contra la guerra, esa actividad
bélica que envuelve la vida de los hombres y que destruye la convivencia humana
del mundo actual, por lo menos, es una “crítica’’ a mediados del siglo veinte,
con ribetes cómicos, a los que nos
tienes destacado del ‘’postismo’’ español, tomando como herramientas todos los
instrumentos del teatro del absurdo y la
crueldad exhibicionista, llena de sarcasmo y despiadada crítica social al
autoritarismo y el totalitarismo.
Arrabal
Picnic en el campo de batalla es
una obra escrita por Fernando Arrabal en 1947 y estrenada en 1952, donde se
evidencia lo absurdo y cruel de la guerra, de cualquier guerra. Un matrimonio de
ancianos decide ir a la guerra a visitar a su hijo, un soldado, y ofrecerle un suculento día de campo en el
frente de batalla. Compartirá con un soldado enemigo, éste picnic de manera
amistosa y empezarán a comentar las vivencias nefastas en la guerra, llegando a
la conclusión que ninguno de ellos quiere seguir estas experiencias bélicas,
determinando lo absurdo del conflicto, buscando la manera de regresar a casa y
terminar con estas acciones, en donde perecen en el dilema del “teatro de
operaciones” de esta guerra.
La puesta en escena de Lorenzo
Ricco es fiel al texto dramático de Arrabal, se mantiene la estructura
narrativa dentro de la visión que le impone el manifiesto más surrealista de
Arrabal (Zapo: Soldado, Hijo del matrimonio Tepán. Zepo: Soldado enemigo. Señor
Tepán: Padre de Zapo. Señora Tepán: Madre de Zapo. Dos Camilleros). Mantiene
los diálogos delirantes, la absurdidad de lo cotidiano, la la ironía
experimental, la inventiva verbal y el predominio de lo subjetivo. La guerra es un suceso absurdo aun observados
por estos personajes ingenuos e inocentes.
El libro de Arrabal
El disfrute del “picnic” en el
escenario mismo de la guerra ha sido logrado por un buen manejo de la
iluminación que apoya la acción y la especulación narrativa de la obra. Ricco ha cuidado bien este factor que ayuda a
subraya sus propias hipótesis acerca de
la guerra consiguiéndolo con un trabajo verosímil de sus actores, que aunque
son aficionados, se esfuerzan por lograr realismo y postura acertada en el
lirismo cruel de la imaginación de Arrabal.
Acertada la iluminación de la escena final planeada por el director
Ricco. Suena la música, bailan y, de tan alegres, no se dan cuenta de que se
han reanudado los combates y «una ráfaga de ametralladora los aniquila a los
cuatro». Entran los camilleros y baja el telón.
Ha sido un acierto poner
nuevamente al público juvenil este pieza
teatral “Picnic” de Arrabal, aunque hubiese sido bueno también recordar
otras obras como “Cementerio de automóviles”
o “El arquitecto y el Emperador de
Asiria”, pues creo que Ricco está preparado para riesgos más difíciles. Nos ha gustado la realidad escénica del
espectáculo y la impronta dramática-literaria de Arrabal, que hasta nos parecía
haberla olvidado. Pero no, está viva, y
presente.
Arrabal en la modernidad liquida
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