PLATEA NORTE
CINE
EN TIEMPOS DEL “SUSPENSE” VIRAL
Por Armando Arteaga
El cine tiene mucho que decir
sobre pandemias y otros virus. Pero la
novela también, que es el género literario por donde empezó la acogida sobre
estos temas que hoy ocupan la atención mundial a nivel del “Covied-19” en los
medios de comunicación.
“El tercer hombre”, la novela de Graham Greene:
no escrita para ser leída sino para ser
vista, como la describen en el prólogo
de la edición “El séptimo círculo”, colección dirigida por Jorge Luis Borges y
Adolfo Bioy Casares: es la novela-puente entre el discurso narrativo de las
palabras para ser trasformadas en sucesión de imágenes. En verdad, Greene
escribió la novela para el cine.
La historia de amor sombrío que
trascurre por Viena, Ravello, Londres, y Venecia. Ambientada, en Viena, al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Durante la guerra, Viena sufrió bombardeos aéreos que destruyeron su patrimonio
histórico. Era una ciudad oscura que
padecía una realidad dominada por la corrupción, el comercio ilegal de todo tipo de
mercaderías hasta llegar al tráfico de penicilina.
En nuestro caso, el siglo pasado,
cuando la tuberculosis era “el mal del siglo”, pandemias duras llamaron la
atención de autores peruanos.
“Sanatorio”, la novela “localista” de Carlos Parra del Riego, muestra los
estragos de lo “nosológico”, que asfixia
las ciudades de Huancayo y Jauja. La
marginalidad social que producía la pandemia en tiempos de la
tuberculosis. Una relación amorosa por
seres marginales en estas ciudades muertas donde nadie los quiere por temor al
contagio.
Más tarde, las oscuras y
diabólicas fobias de pandemias que sustentaron algunos designios de la Edad
Media, vuelven esos temores en “La peste”: esa novela de Albert Camus, tildada
de “mediocre libro” por Mario Vargas Llosa.
La novela muestra la epidemia del
cólera que sufrió la ciudad de Orán en el Argel de 1849, tras la colonización francesa, diezmada varias
veces por epidemias.
“Muerte en Venecia”, la novela de
Tomas Mann, llevada al cine en los años setenta por el director italiano Luchino
Visconti, es obra cumbre de pandemias: la historia del pianista Von Ashenach y
el adolecente Tadzio, en una Venecia azotada por el cólera. Una Venecia:
agonizante, moribunda, denostada al “siroco”.