CRITICA DE CINE
LA NOUVELLE VOGUE
Por Armando Arteaga
El “Diccionario de Nuevos Directores Franceses” preparado por Augusto M. Torres –critico cinematográfico de la fenecida revista española Nuestro Cine- para los Cuadernos Prácticos/Editorial Fundamentos, aparte de la importancia que tiene reunir la filmografía de ciento veinte directores que han trabajado en la industria cinematográfica francesa entre 1958 y 1975, nos vuelve a remitir en lo que fue –a mediados de la década del 50- la irrupción simultanea e inusitada de un puñado de directores galos que modificó el panorama del aburrido y melancólico cine francés de post-guerra: el surgimiento de la Nouvelle Vogue (o Nueva Ola).
*CINE DE DIRECTORES
Algunos nombres languidecían y continuaban la línea descrita por Jean Vigo (Cero en conducta) y Jean Renoir (La Gran Ilusión y Los Bajos Fondos) que brillaron en los primeros años del “sonoro”: Jean Pierre Melville, George Rauquier, George Fanju, Jean Rouch y Alain Resnais. Eran los comienzos del “Cine-club Objectif 49” y en “La revue de cinema” donde aparece una nueva forma de entender la crítica cinematográfica que da lugar al nacimiento de “Cahiers du cinema”, revista de cine especializada, fundada en abril del 51 por André Bazin y Jacques Doniel-Valcroze. Y que, despegó, empezando de las ideas expuestas por Alexandre Astruc –quien creo la teoría de la “cámara-estilo” (Naissance d´une nouvelle avant-garde: la cámara stylo)- en un artículo publicado en “L´ecran francalsese” en 1948. Los redactores de “Cahiers du cinema”: Eric Rohmer, Jacques Rivette, Claude Chabrol, Jean-Luc Godard, Francois Truffaut, proponen nuevos conceptos como “mise in scene” (puesta en escena) y “politique des auteurs” (política de autores) a través de los cuales comienzan a entender el nuevo cine basado en la idea de que es el director al poder contar con una cámara en su particular manera de concebir la “puesta en escena”, es el único responsable de sus películas y éstas pueden ser estudiadas no independientemente, sino como partes de un todo constituido por el conjunto de su obra, entre cuyas diferentes partes existen las mismas interconexiones que las que hay en la obra de un escritor o pintor, pudiéndose hablar de “política de autores”, lo que André Bazin llamó “cine de directores”.
*NACIMIENTO OFICIAL
El cine francés de entonces se encontraba dominado por una “tradición de calidad” que lo hacia mediocre, inoperante e inadecuado, y solo destacaban los nombres de Max Ophuls, Robert Bresson y Jacques Becker. Es en estas condiciones que Jean-Luc Godard imaginó que podría hacer un filme y casi todo lo desmentía. No tenía más que una cámara en mano, una actriz desconocida -Jean Seberg- y un aprendiz de actor –un ex boxeador habitué de los cafés de intelectuales parisinos, Jean Paul Belmondo- cuando se lanzó a filmar “About de sauffle” (Al final de la escapada) al que se consideró como el filme que inició el movimiento oficial de la Nouvelle Vogue.
Una gran parte de los directores de la Nouvelle Vogue provenía del periodismo cinematográfico, bastión desde donde reclamaron por un nuevo cine. Con excepción de algunos ídolos rescatados de las cenizas –Dreyer, Lang, Griffith, el western, y Hitchcock casi siempre- los jóvenes iconoclastas no reconocieron pasado cinematográfico apreciable, hecho que cambiaría de manera fundamental el cine francés que por acción de estos nuevos directores y la eficacia de algunos nombres de sus filmes, nos vuelven a la memoria de los años de sus inicios: “Disparen sobre el pianista”, “Ascensor para el cadalso”, “Los primos”, “Hiroshima mi amor”, “La felicidad”, “Y Dios creo a la mujer”, entre otros.
Fue indudablemente la etapa de un éxito inusitado para el cine francés, y que el “Diccionario…” de Augusto M. Torres recupera y ordena otros nombres en el tiempo. Figuras fuera de la Nouvelle Vogue (o Nueva Ola), como René Allio, Luís Buñuel, Fernando Arrabal, Nelly Kaplan, Claude Lelouch, Marguerite Duras y otros.
Los 400 golpes de Francois Truffaut
(Publicado en el diario “Expreso” del 20-09-1982).
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