Critica de cine
EL GRADUADO
Por Armando Arteaga
Por Armando Arteaga
El plano en el que aparece Benjamín a través del arco que forman las piernas de Anne Bancroft, mientras le dice "Ud. me está seduciendo", nos define el sentido que Nichols le ha conferido al filme para mostrarnos la marcada desconfianza de Benjamín en cierta "moralidad ciudadana", el "camp” cultural de un sector de la clase medía norteamericana.
Nichols, en "El Graduado", aparte de la rebuscada composición fotográfica que nos muestra, nos ha remitido a una amalgama de hábitos del viejo cinema sentimental en una bien intencionada y merecida declinación. La imagen de Benjamín nos parece vacilante después de varios años: “obligada a la evolución". "El Graduado", ayudó al cine norteamericano al paso de la madurez, retratando a una generación de frágil estoicismo. El tiempo ha demostrado que el filme de Nichols ha sido, de alguna manera, también, un logro cinematográfico.
Gran Plano Medio de Nichols en "El Graduado"
Unos ven en El Graduado -que, dicho sea de paso, fue la primera actuación para el cine de Dustin Hoffman- una película pretensiosa de viejo estilo, que sólo aborda aspectos superficiales sobre las dificultades de comunicación (o sea la incomunicación) de un sector de la juventud norteamericana de entonces, y que apenas nos muestra todo aquello que enajena a Benjamín como en un "cómic". En el filme abundan una serie de recursos cinematográficos que pretendieron ser novedosos, pero por lo recurrente termina desconfigurando el propio universo del personaje. Sin embargo, justamente en los defectos y excesos de El Graduado, en lo documental, el proceso mismo del filme resulta toda una lección académica sobre el aprendizaje del lenguaje cinematográfico: encuadres minuciosos y simbólicos, juegos de colores y de luces, picados y contrapicados expuestos con sobreimpresiones; elementos que no son usados para proyectar reflexiones de la realidad sino sólo como adornos.
Lo interesante de "El Graduado" es el triunfo de la revelación del aspecto social y emocional de una generación educada bajo los elementos más tradicionales y manipulatorios. El itinerario de Benjamín, el despertar del amor, el rechazo de las convicciones hipócritas desde que lo reciben en el ámbito familiar para celebrar su graduación de bachiller hasta que secuestra a la novia de las gradas del altar, todo aparece en una manera romancesca, limitando la crítica social". El Graduado" no es una mala película; puede divertir a un sector de espectadores que van a encontrar en el filme de Nichols una fijación de ellos mismos y de sus experiencias reveladas en el cine. Por eso, Benjamín es un héroe aceptable para un público al que se le puede considerar "post-intelectual" y otro también "pre-letrado".
*Publicado en el diario Expreso- 01/06/1983.