La Critica Cinematográfica
RECORDANDO A JAMES AGEE
Por Armando Arteaga
Lo que más admiro del periodismo norteamericano es la inventiva escritura de James Agee: poeta, periodista, novelista y guionista de cine. Su novela póstuma “Death in the Family” (Muerte en la Familia), obtuvo el Premio Pulitzer en 1958.
Creo que la admiración que muchos sentimos por Agee, es por la objetividad y la extrema libertad que le puso a su pluma de periodista. Sobre la crítica cinematográfica de Agee, el poeta W.H. Auden dijo que constituyó "el más notable acontecimiento sucedido en la prensa norteamericana" en la década de 1940.
Lo descubrimos a Agee -por primera vez- en la Antología de la Poesía Norteamericana de Ernesto Cárdena! y José Coronel Urtecho, y en aquel libro aparece su célebre Domingo: alrededor de Knoxville, Tenn, y del cual el mexicano José Emilio Pacheco ha realizado su magistral "Imitación a James Agee", y que en nuestro medio fue publicado por la revista Amaru.
Agee destacó también como guionista en “The African Queen” (La Reina Africana) dirigida por John Huston, y “Night of the Hunter” (La Noche de! Cazador] dirigida por Charles Lughton.
Los escritos de carácter cinematográfico de Agee, sólo tienen precedente, en el caso de la crítica anglosajona, con los escritos de Elia Kazan, Penélope Houston, la tremendista Pauline Kael, y Stanley Kauffman.
“La Época de Oro de la Comedia de James Agee” (1), nos recuerda aquellos excelentes escritos sobre el tema del cine, como aquel de Carlos Fuentes sobre “Buñúel” , o el “Ojo del Cinema” de Raymand Durgnat. Agee describe el período mudo de la comedia, desde los cortos de Mack Sennett hasta las obras maestras de Chaplin, como la trayectoria de un deterioro. Los felices espectadores que recuerdan la mejor época de las comedias del cine mudo, junto con las carcajadas y trapatiestas que las acompañaban, cuentan con algo así como normas para apreciar la decadencia.
El poeta Agee.
El poeta Agee.
Desfilan así por entre las líneas de Agee. El inolvidable Bien Turpin con sus clisés finos de la infancia del lenguaje cómico del cine mudo. Las bellas bañistas de Sennett y sus parodias o secuencias entrelazadas con los pastelazos en la cara que inventó para el cine Mack Sennett con sus actores de los teatros de burlesque. Los trucos fotográficos y los gags de Laurel y Hardy. Chaplin comiéndose un zapato cocido como si fuese una trucha de río en “Gold Rush”, y de quien dice Agee que es e! cómico que trabajó con mayor comprensión y agudeza dentro del marco de lo que es el hombre y de todo aquello a lo que tiene que enfrentarse. Las gafas de Harold Lloyd y su imperturbable y triste rostro como la de un daguerrotipo, en Al Fin Seguro, cuando Lloyd es empujado al extremo de una asta de bandera por un perro furioso, el asta se rompe, Lloyd cae, pero logra asirse del minutero de un enorme reloj, con su peso la manecilla desciende del IX al VI, la carátula del reloj se afloja y, Lloyd queda colgado de la cuerda a gran altura de la calle, desde lo alto de un edificio. Y también, Harry Longdon como un dibujo de kindergarten. Y Buster Keaton con su gran cara de palo, que parecía un toxicómano -apunta Agee- y sus "chistes mecanizados" ayudado por el uso de aparatos electrónicos y motorizados. El “tiempo de oro“ de la comedía, y que Agee llamó, un disciplinado desenfreno.
(1) Agee on Film/ Editado por Grusset & Dunlap.
*Publicado en el diario Expreso, 22/05/1982.