Thursday, January 26, 2012

Sentido adiós al maestro de la guitarra andina Daniel Kirwayo / Noticias Chirapaq

Sentido adiós al maestro de la guitarra andina Daniel Kirwayo 

Considerado como uno de los más grandes intérpretes de la guitarra andina, el connotado músico ayacuchano Daniel Kirwayo volvió  al seno de la Pacha Mama ayer martes 24 de Enero a los 70 años de edad en la ciudad de Lima. Entre su vasta producción musical se encuentra los discos “Taqui Oncqoy”, “Identidad Ynka” y “Solos de Guitarra”. Leo Casas, vicepresidente de CHIRAPAQ lo recuerda como “un gran intérprete de la guitarra andina en diferentes afinaciones, charanguista y buen constructor de guitarras”.   
El maestro Kirwayo tuvo una larga trayectoria, realizando grabaciones como solista y acompañante de diversos cantantes. Su último trabajo consistió en ponerle la alta calidad de su toque y el hondo sentimiento de su espíritu sensible al pulcro trabajo de la joven cantante y antropóloga ayacuchana Sylvia Falcón en su disco Killa Lluqsimun ("Sale la Luna"), un ramillete de expresiones tradicionales cuidadosamente seleccionadas y pulcramente interpretadas en su genuina autenticidad y diversidad rítmica, melódica y temática”, explica.

“Felizmente, nuestra cosmovisión andina nos da la certeza de que este es solamente un tránsito a otra forma de existencia, una manera de retorno momentáneo al seno de la Pacha Mama-Madre Tierra, de donde un día volveremos convertidos acaso en colibrí, calandria, flor, árbol, cóndor, puma, lluvia, brisa o puquial”, indicó Casas.

En noviembre del 2011 la familia de Chirapaq tuvo la oportunidad de contar con su presencia en el estreno del corto documental “Arguedas en Nosotros: Rimanakuy hacia el Futuro”, producido por CHIRAPAQ y el Centro de Antropología Visual del Perú CAVP, en donde compartió una jornada sobre el legado del amauta José María Arguedas, con quien se encuentra hoy en otro plano de la existencia.  

“Las melodías pulsadas por sus diestros dedos seguirán expresando los diferentes colores de nuestras emociones y sentimientos”, concluyó.
Foto: Daniel Kirwayo junto al poeta Armando Arteaga en encuentro organizado por Chirapaq.

Ver: 
http://www.chirapaq.org.pe/es/noticias/226-sentido-adios-al-maestro-de-la-guitarra-andina-daniel-kirwayo


Wednesday, January 18, 2012

“EL BAILE” DE ETTORE SCOLA / Por Armando Arteaga

“EL BAILE”  DE ETTORE SCOLA  / Por Armando Arteaga

 Ettore Scola

“El Baile” de Ettore Scola es uno de los más grandes espectáculos expresionistas que se haya llevado al cine últimamente, muy cerca  -tal vez- de “Ensayo de Orquesta” de Federico Fellini.  En la pista de baile de un decrépito cabaret  varias parejas  -despreocupados seres inciertos y confusos- asumen casi con paroxismo  el baile que expresa cada época.  Paris permanece siempre como una escenografía poderosa y neurótica  en imágenes que llevan una innegable raigambre de expresionismo pictórico, mediocremente sórdido, y que nos recordaba por instantes esa escena del baile también entre Marlon Brando y María Schneider en “El ultimo tango…” de Bernardo Bertolucci.

“El baile” está vertebrado narrativamente en imágenes que se suceden cronológicamente, en una advertencia política referida a determinados acontecimientos históricos  franceses: la guerra y la ocupación alemana, el colonialismo francés en Argelia, la revuelta estudiantil de mayo del 68, los extremos más conflictivos  de la ciudad luz.  No hay diálogos, solo el fondo musical que se repite intencionalmente como algo innovador de ese continuo.  Del expresionismo de las imágenes, de ese baile que acaba proponiéndose como una interrogación para el espectador, de manera que jamás encuentra una palabra de comunicación, o de puente, donde una advierte en estos personajes su propio aniquilamiento dramático, clausurados como en el caso de “Woyzeck” de Georg Buchner, dando vueltas sin fin.


 “El baile” es un “apunte” inteligente de un director que congela el tiempo en el cine para hacernos reflexionar acerca de la falta de una ética contemporánea para leer la historia.  Nos recuerda algo muy serio,  y por supuesto,  muy sabido: que las guerras y las dictaduras no aparecen porque sí,  que son alentadas y reclamadas por unos individuos sin alternativas propias, y que no tienen consistencia política.  La falta de ética produce la fatalidad política.

En “El baile”  estos seres clausurados han caído en la tentación del escapismo, se someten al rebaño del mamporro musical que trae cualquier nuevo estruendoso acorde, ceden a la fácil tentación de la soledad, siguiendo el  carácter enfermizo de la personalidad melódica de cada época.


Scola que,  en “Nos habíamos amado tanto”, moviéndose aún en los esquemas del realismo cinematográfico había escudriñado la ilusión y la derrota de la generación de la segunda guerra, y que concedía importancia al tema de la agitación del cuerpo (como lenguaje), y que centraba toda la eficacia de sus imágenes en el “tiempo congelado” , en el “leitmotiv” del baile tanto visual como musical,  y que se refería siempre a la relación progresismo-reaccionarismo de la conducta política de sus personajes, y que consiguió escenas maestras para la historia del “neo-realismo” italiano, se ha convertido ahora en un cineasta pegadizo de partituras peligrosamente monotemáticas; pero eso no importa, no ha perdido esa originalidad que siempre lo caracterizó, lo encontramos ahora “subrayando” imágenes, identificando “música-acción”, logrando un acabado expresionista. Esa melosa partitura antipática del filme que persigue a los personajes del baile (siempre por todas las épocas), tiene mucho de asfixia, de nausea sartreana.

Entre “Nos habíamos amado tanto” y “El baile”, nos quedamos con la primera, pues, la última nos ha resultado un tanto depresiva y admirablemente mórbida.

Diario "Expreso": 06-08-1984.


“El Baile” de Ettore Scola